Breves apuntes a una teoría antropológica sobre cultura
Cultura es una palabra que demanda cuidado y atención. El estudio de la organización material de la vida histórico social, económica y política, y que incluye, un sistema de valores, creencias y normas ha sido tradicionalmente clasificado y definido por muchos(as) antropólogos y antropólogas como cultura. Entiendo que esta particular manera de atender el estudio de la cultura es y sigue siendo representativo de la mejor tradición escolástica en las ciencias antropológicas. Admito, que hay corrientes igualmente particulares, que no están de acuerdo con este acercamiento. Sobre ellas me habré de expresar en un futuro apartado.
Este particular entendido y que quiero discutir sobre cómo se define el término, se inicia con la tradición etnológica en los Estados Unidos con figuras como Frank Hamilton Cushing, Matilda Coxe Stevenson y por supuesto, Lewis Henry Morgan. En Gran Bretaña destacan figuras como Sir George Frazer, Sir Henry Miller y Sir Edward Tylor. Sin embargo, a mi juicio, no es hasta la prominente figura de Franz Boas que el concepto habrá de adquirir un lugar central y prominente al desarrollo epistemológico y metodológico de la Antropología.
Este particular entendido y que quiero discutir sobre cómo se define el término, se inicia con la tradición etnológica en los Estados Unidos con figuras como Frank Hamilton Cushing, Matilda Coxe Stevenson y por supuesto, Lewis Henry Morgan. En Gran Bretaña destacan figuras como Sir George Frazer, Sir Henry Miller y Sir Edward Tylor. Sin embargo, a mi juicio, no es hasta la prominente figura de Franz Boas que el concepto habrá de adquirir un lugar central y prominente al desarrollo epistemológico y metodológico de la Antropología.
La aparente simplicidad del término, esconde un complejo espectro de formulaciones teóricas y acercamientos metodológicos que se utilizaron y se continúan utilizando para estudiar el fenómeno de lo que se clasifica y categoriza como cultura. El concepto comprende la inquietud por el estudio primario de la relación HUMANO-NATURALEZA. Este principio hace que el trato antropológico que se hace del término, rivalice y antagonice con otros usos y entendidos que se hacen del vocablo en otras esferas y saberes, actividades, que por cierto, pueden y son objeto del estudio antropológico.
Durante una buena parte del desarrollo de la disciplina en el siglo XX, se puede concluir que el término cultura disfrutó de un lugar de privilegio y respeto en la tradición de la teoría antropológica, marcado en parte, por la riqueza de la tradición boasiana y las corrientes del evolucionismo cultural en los Estados Unidos y en otras partes del mundo de la academia, como en México. Con posterioridad, las diferentes corrientes marxistas (ej. Maurice Godelier) y estructuralistas (ej. Claude Leví-Strauss) igualmente le corresponden como término central e indispensable a la historia teórica de la Antropología. Inclusive, en América Latina, el término se igualó al término modo de vida, particularmente entre etnólogos(as), etnohistoriadoes(as) y arqueólogos(as). Con posterioridad, la autoridad epistemológica del término cultura en la Antropología fue objeto de duras, y en muchas ocasiones injustas, críticas con la aparición en 1986 del libro titulado Critique of Culture publicado por James Clifford y George Marcus. Si bien es cierto, que las discusiones al seno de la Antropología --particularmente entre los antropólogos culturales en el continente norteamericano y los etnólogos y antropólogos sociales europeos – sobre la metodología y teoría del término cultura siempre había sido una muy caldeada y animada, es justo decir que muy pocos hacían caso a los argumentos envestidos por Bronislaw Malinowski y su discípulo Radcliffe Brown en contra del vocablo en Gran Bretaña. Y mucho menos cuando otros antropólogos ingleses como la gigantesca figura de Evans Prichard había retomado la centralidad de este término en su obra etnográfica y se mofaba de las petulancias de Radcliffe Brown y de otros seguidores de Malinowski. Sin embargo, a mediado de la década de los años ochenta la discusión sobre el término cultura había tomado un giro muy diferente.
Por una parte, en los EEUU otras disciplinas habían comenzado a hacer un mayor y cosistente uso de la palabra, en aras de incorporar la misma, a escritos relacionados con las comunicaciones, las artes visuales del cine y de la televisión, la arquitectura, las modas y las preferencias del mercado de consumo, entre otros temas de interés. O sea, lo que con el paso del tiempo se ha denominado con la frase de "estudios culturales". Es muy importante señalar que este uso del concepto cultura, se hacía sin prestar atención alguna y a espaldas, a la historicidad epistemológica y metodológica que tiene el término en la Antropología. De otra parte, en la antropología cultural estadounidense ocurría un ánimo crítico ante una serie de preguntas que se formulaban en torno a la subjetividad de la etnografía, no sobre los aspectos metodológicos y el uso de las técnicas del trabajo de campo, sino a la cualidad etnográfica como un texto . Este episodio sirvió como antesala a las corrientes posmodernistas que llegaban de otros campos del saber en las artes, la literatura y los estudios de idiomas y abonó el terreno para que no solamente se cuestionara la práctica etnográfica que como sabemos, produce un texto, y por lo tanto una narrativa , sino que también se cuestionara la validez y pertinencia de la producción del conocimiento antropológico, ya que tal “saber” es en efecto un discurso “metanarrativo”. El concepto cultura no es entonces, otra cosa que un discurso del saber, uno más. No hay tal cosa como “cultura” ya que “cultura” como tal no es posible, es un discurso sobre “cultura”. Esto por lo tanto no hace posible el conocimiento de aquello que se describe y analiza como la cosa que es “cultura”, sino que tan solo denota la posibilidad de uno de muchos discursos y “saberes” que hablan sobre cultura. Yo rechazo, de plano, este fortuito y estúpido nihilismo.
Cultura es una categoría amplia y abarcadora, que es epistemológicamente y metodológicamente posible, cuyas variables pueden ser definidas, pueden ser clasificadas y pueden ser analizadas e interpretadas además de problematizadas. El objetivo de esta categoría de estudio científico no es producir una verdad. Todo lo contrario, el objetivo es producir un conocimiento científico sobre la organización material de la vida humana que puede ser falseable, verificable y refutable. La etnografía es entonces, un conjunto de técnicas, mayormente cualitativas, que se utilizan en las tareas de la recopilación de los datos y cuyo objetivo es documentar una serie de actividades, intercambios y relaciones, y experiencias humanas de un grupo (o varios grupos) específico de personas acontecidas en un presente históricamente específico y en un espacio o localidad geográfica específica. Sin lugar a dudas, el documento etnográfico se convierte en un documento histórico.
Para la mayoría de las personas la palabra cultura viene a representar aquellas cosas que cuando se juntan --o se enumeran-- pretende al menos simbolizar y representar una identidad. Cultura y "puertorriqueñidad", por ejemplo, son dos palabras que por lo general se usan como una frase compuesta. Al menos en aquello que concierne la utilización más pública de la palabra cultura. Si bien es cierto que la identidad está constituida y puede ser explicada a partir de la operacionalidad de la palabra cultura como sinónimo de identidad, lo cierto es que cultura no quiere decir identidad; y mucho menos la de un grupo en específico. Muy pocos de ustedes conoce el concepto cultura como un término que puede explicar las formas y maneras de cómo un número de personas que en conjunto, forman un grupo, y con el pasar del tiempo organizan todos aquellos aspectos y cosas materiales, procesos aprendidos, y ritualizados y que están relacionados a la manera y forman en la que viven, y de una generación a la otra. O sea, casi nadie parece asociar a la palabra cultura como un término que explica la forma(s) y manera(s) de cómo tú, y cada uno de ustedes y yo, vivimos. Somos humanos y somos entidades biológicas que no vivimos en un limbo. Vivimos en una naturaleza. Pero esa naturaleza no es del todo ajena a nuestras acciones. Por el contrario, hoy y por las acciones humanas al paso del tiempo, vivimos en una naturaleza que es el resultado de nuestras acciones. A esa naturaleza que es eminentemente humana es la que se le llama cultura. A los procesos asociados con el tiempo y con en el espacio de las acciones y actividades humanas es a lo que se le llama la Historia.
Por cultura pensamos en términos del folklore, en las artesanías, en variadas festividades públicas, en un estilo musical específica, quizás en una manera de vestir diferente y anecdotario --que hasta con toda probabilidad, parecería que tal forma de vestir y las piezas que constituyen tal ajuar, son en realidad un disfraz. Pocas veces pensamos que cultura es los zapatos que llevas puestos, el inodoro que utilizaste, el carro en el que te montaste, la existencia misma del Estado, de todas las actividades económicas y las formas en las que llevamos a cabo esas actividades, las ideas sobre la universidad, sobre la política, sobre las creencias, o sobre las expectativas futuras para un empleo. Bueno, pues cultura es precisamente todo eso, y mucho más.
Cultura es todo cuanto el ser humano hace. Cultura es las formas y maneras --diferentes y hasta antagónicas-- en que el ser humano organiza materialmente la vida social. Es por consiguiente, que cultura es el resultado de la acción humana sobre la Naturaleza, que como resultado de esa acción, tal Naturaleza experimenta un proceso de transformación haciéndose entonces, Cultura. Como el ser humano no es un organismo ajeno a su propia naturaleza, entonces cultura no se limita a un mero proceso conductual característico de un posible patrón asociado con unos estímulos y las respuestas. De haber sido así, tal cosa como cultura no existiría. La dimensión humana de la cultura tiene entonces, un componente material, un componente de los conocimientos y un componente del lenguaje. Como el ser humano es un sujeto dinámico, y como parte de la Naturaleza que es –y que además es también dinámica, pues resulta ser que toda acción humana se caracteriza por su dinámica. O sea, por el cambio. Cultura no es un fenómeno estático, sino todo lo contrario, es muy dinámico. Cultura no es un proceso evolutivo en el sentido de que este proceso no sigue una sola dirección. Cultura es un proceso que es revolutivo. Las formas, contextos y expresiones de las acciones humanas constituyen complejos procesos históricos en las que se pueden manifestar una infinidad de posibilidades. Todas diferentes y específicas, pero en las que además, se pueden encontrar afinidad y uniformidad. Esa es la tarea fundamental de la Antropología, y es la tarea de la Etnología aprender para poder comenzar a entender la maravilla de la actividad humana. Ciertamente, las ideas, los mitos y las prácticas acerca del tiempo en cultura muchas veces ha resultado en interpretaciones acerca de la dinámica del cambio como una que es siempre evolutiva. Pero tal hecho en el cronómetro de la Historia no es cierto. Es por tal razón que cultura es un proceso revolutivo que materializa el cambio y la dinámica de la actividad humana la cual entonces, se constituye como la Historia.
Componentes de cultura: Cultura material
El componente material de la cultura se refiere a la organización de la producción, distribución y reproducción de los medios de existencia humana, comenzando pues, con lo básico a nuestra especie: la subsistencia alimenticia, el albergue y la reproducción. Los seres humanos cuando tenemos hambre no nos ponemos en cuclillas y nos ponemos a comer del pasto o salimos corriendo detrás de una posible presa para atraparla con nuestras extremidades y mandíbulas. Ciertamente, nuestras capacidades biológicas locomotivas (i.e.; bipedalismo), por ejemplo, son limitadas si las comparamos con las de otros grupos de primates . La caza y la recolección son actividades culturales específicas para la producción del sustento. Estas actividades son selectivas, planificadas y organizadas. Los grupos humanos a través de la Historia hemos llevado a cabo un sinnúmero de actividades no con el solo propósito de proveernos el medio de subsistencia y para de esta manera, reproducirnos. De igual forma, la reproducción de nuestra especie es una reproducción social. O sea, los seres humanos no nos reproducimos por el simple hecho de que la hembra de nuestra especie entre en un ciclo de ovulación y de esta manera tenga contacto copulativo con el macho. La sexualidad en los seres humanos es una actividad culturalmente específica y condicionada. La reproducción es por consiguiente, una actividad cultural de un proceso inicialmente biológico. El sexo es una de las muchas y variadas formas culturales que tienen los intercambios en las relaciones sociales entre los seres humanos. A diferencia de cualquier otro organismo vivo, eso que hacemos no forma parte de un inprint biológico. De haber sido de esta manera existiría una universalidad absoluta en la cultura humana. Y este no es el caso. Existen tantas formas para hacer las cosas, de proveer el alimento, de los medios para hacerlo y del albergue, y de vestirnos de adornarnos, de movernos; como culturas humanas han existido y existen. Por otra parte, cultura no puede ser cultura si solamente se limitara a la existencia de artefactos y objetos materiales. Tales objetos no existirían como tales si su existencia fuese el resultado exclusivo de una o varias respuestas conductuales. Como los seres humanos nos relacionamos unos con los otros e interactuamos tanto con el medio y el nicho ecológico en el que nos encontramos, así como también, los unos con los otros, tales formas de intercambio asumen y se constituyen en el componente de la cultura que es la forma en que se produce y se acumula el conocimiento.
Algunos otros componentes de cultura
El componente de los conocimientos en la cultura son; las ideas, los mitos, los valores, las normas, las creencias, los ritos, lo aprendido, la ciencia, la religión. Cada una de estas instancias culturales del conocimiento son las que se transmiten de una generación a la otra, las que dramatizan el cómo y manera en que hacemos las cosas y en que aprendimos a hacer las cosas. También nos ofrece la oportunidad de dudar, de cuestionar y de tratar de hacer las cosas de otra manera. La cultura como conocimiento estructura las maneras que tenemos para creer, para ritualizar la manera como hacemos las cosas, y también, cómo cambiamos esas mismas cosas y la formas de hacer y para hacer las cosas. La interacción del conocimiento requiere un medio para comunicarlas. Tal medio de comunicación no es por ejemplo, un acto complejo de sonidos emitidos que excitan unas conductas. Todo lo contrario, el medio humano para la comunicación es uno dinámico. A ese medio humano de la comunicación es lo que se denomina como lenguaje.
El lenguaje es un sistema humano de unidades de sonidos (i.e.; fonemas) que se constituyen como unidades más complejas en la forma de palabras, y que a su vez, éstas se combinan por medio de una serie de reglas denominada gramática, para formar un modo de comunicación que puede ser a su vez, hablado, escrito y representado dentro de un contexto culturalmente producido. Este contexto cultural es a la vez también dinámico, y mientras que se reproduce. La definición que acabo de ofrecer es bastante simple y no constituye una que agrupa a todas las cualidades y propiedades que conforman el estudio lingüístico y antropológico del lenguaje. Más sin embargo, ésta me sirve para establecer una necesaria distinción con respecto a lo que es idioma. Idioma puede ser entendido como un coeficiente (i.e.; variable) cultural específico del lenguaje el cual históricamente existe como un modo de comunicación entre miembros de un grupo cultural. Por lo general el término idioma aplica a la variante cultural que está relacionada al uso, a la existencia de signos y de los símbolos y sus significados. A su vez, el término idioma está asociado con los fenómenos de la identidad --o su construcción--, así como a las prácticas comunicativas cotidianas que un sistema lingüístico que está históricamente constituido, puede tener. Con todo lo anterior quiero decirles que los procesos de comunicación que a diario llevamos a cabo no ocurren en un vacío, como el lenguaje es el resultado de un rasgo innato de carácter psicofisiológico y cognoscitivo universal a todos nosotros. Si bien es cierto que nuestra especie posee un rasgo único para el lenguaje, también es cierto que tal rasgo se desarrolla como resultado de las variadas formas que tiene la cultura, como a la misma vez, sirve como medio para producir otras formas culturales.
Cultura es una categoría amplia y abarcadora, que es epistemológicamente y metodológicamente posible, cuyas variables pueden ser definidas, pueden ser clasificadas y pueden ser analizadas e interpretadas además de problematizadas. El objetivo de esta categoría de estudio científico no es producir una verdad. Todo lo contrario, el objetivo es producir un conocimiento científico sobre la organización material de la vida humana que puede ser falseable, verificable y refutable. La etnografía es entonces, un conjunto de técnicas, mayormente cualitativas, que se utilizan en las tareas de la recopilación de los datos y cuyo objetivo es documentar una serie de actividades, intercambios y relaciones, y experiencias humanas de un grupo (o varios grupos) específico de personas acontecidas en un presente históricamente específico y en un espacio o localidad geográfica específica. Sin lugar a dudas, el documento etnográfico se convierte en un documento histórico.
Para la mayoría de las personas la palabra cultura viene a representar aquellas cosas que cuando se juntan --o se enumeran-- pretende al menos simbolizar y representar una identidad. Cultura y "puertorriqueñidad", por ejemplo, son dos palabras que por lo general se usan como una frase compuesta. Al menos en aquello que concierne la utilización más pública de la palabra cultura. Si bien es cierto que la identidad está constituida y puede ser explicada a partir de la operacionalidad de la palabra cultura como sinónimo de identidad, lo cierto es que cultura no quiere decir identidad; y mucho menos la de un grupo en específico. Muy pocos de ustedes conoce el concepto cultura como un término que puede explicar las formas y maneras de cómo un número de personas que en conjunto, forman un grupo, y con el pasar del tiempo organizan todos aquellos aspectos y cosas materiales, procesos aprendidos, y ritualizados y que están relacionados a la manera y forman en la que viven, y de una generación a la otra. O sea, casi nadie parece asociar a la palabra cultura como un término que explica la forma(s) y manera(s) de cómo tú, y cada uno de ustedes y yo, vivimos. Somos humanos y somos entidades biológicas que no vivimos en un limbo. Vivimos en una naturaleza. Pero esa naturaleza no es del todo ajena a nuestras acciones. Por el contrario, hoy y por las acciones humanas al paso del tiempo, vivimos en una naturaleza que es el resultado de nuestras acciones. A esa naturaleza que es eminentemente humana es la que se le llama cultura. A los procesos asociados con el tiempo y con en el espacio de las acciones y actividades humanas es a lo que se le llama la Historia.
Por cultura pensamos en términos del folklore, en las artesanías, en variadas festividades públicas, en un estilo musical específica, quizás en una manera de vestir diferente y anecdotario --que hasta con toda probabilidad, parecería que tal forma de vestir y las piezas que constituyen tal ajuar, son en realidad un disfraz. Pocas veces pensamos que cultura es los zapatos que llevas puestos, el inodoro que utilizaste, el carro en el que te montaste, la existencia misma del Estado, de todas las actividades económicas y las formas en las que llevamos a cabo esas actividades, las ideas sobre la universidad, sobre la política, sobre las creencias, o sobre las expectativas futuras para un empleo. Bueno, pues cultura es precisamente todo eso, y mucho más.
Cultura es todo cuanto el ser humano hace. Cultura es las formas y maneras --diferentes y hasta antagónicas-- en que el ser humano organiza materialmente la vida social. Es por consiguiente, que cultura es el resultado de la acción humana sobre la Naturaleza, que como resultado de esa acción, tal Naturaleza experimenta un proceso de transformación haciéndose entonces, Cultura. Como el ser humano no es un organismo ajeno a su propia naturaleza, entonces cultura no se limita a un mero proceso conductual característico de un posible patrón asociado con unos estímulos y las respuestas. De haber sido así, tal cosa como cultura no existiría. La dimensión humana de la cultura tiene entonces, un componente material, un componente de los conocimientos y un componente del lenguaje. Como el ser humano es un sujeto dinámico, y como parte de la Naturaleza que es –y que además es también dinámica, pues resulta ser que toda acción humana se caracteriza por su dinámica. O sea, por el cambio. Cultura no es un fenómeno estático, sino todo lo contrario, es muy dinámico. Cultura no es un proceso evolutivo en el sentido de que este proceso no sigue una sola dirección. Cultura es un proceso que es revolutivo. Las formas, contextos y expresiones de las acciones humanas constituyen complejos procesos históricos en las que se pueden manifestar una infinidad de posibilidades. Todas diferentes y específicas, pero en las que además, se pueden encontrar afinidad y uniformidad. Esa es la tarea fundamental de la Antropología, y es la tarea de la Etnología aprender para poder comenzar a entender la maravilla de la actividad humana. Ciertamente, las ideas, los mitos y las prácticas acerca del tiempo en cultura muchas veces ha resultado en interpretaciones acerca de la dinámica del cambio como una que es siempre evolutiva. Pero tal hecho en el cronómetro de la Historia no es cierto. Es por tal razón que cultura es un proceso revolutivo que materializa el cambio y la dinámica de la actividad humana la cual entonces, se constituye como la Historia.
Componentes de cultura: Cultura material
El componente material de la cultura se refiere a la organización de la producción, distribución y reproducción de los medios de existencia humana, comenzando pues, con lo básico a nuestra especie: la subsistencia alimenticia, el albergue y la reproducción. Los seres humanos cuando tenemos hambre no nos ponemos en cuclillas y nos ponemos a comer del pasto o salimos corriendo detrás de una posible presa para atraparla con nuestras extremidades y mandíbulas. Ciertamente, nuestras capacidades biológicas locomotivas (i.e.; bipedalismo), por ejemplo, son limitadas si las comparamos con las de otros grupos de primates . La caza y la recolección son actividades culturales específicas para la producción del sustento. Estas actividades son selectivas, planificadas y organizadas. Los grupos humanos a través de la Historia hemos llevado a cabo un sinnúmero de actividades no con el solo propósito de proveernos el medio de subsistencia y para de esta manera, reproducirnos. De igual forma, la reproducción de nuestra especie es una reproducción social. O sea, los seres humanos no nos reproducimos por el simple hecho de que la hembra de nuestra especie entre en un ciclo de ovulación y de esta manera tenga contacto copulativo con el macho. La sexualidad en los seres humanos es una actividad culturalmente específica y condicionada. La reproducción es por consiguiente, una actividad cultural de un proceso inicialmente biológico. El sexo es una de las muchas y variadas formas culturales que tienen los intercambios en las relaciones sociales entre los seres humanos. A diferencia de cualquier otro organismo vivo, eso que hacemos no forma parte de un inprint biológico. De haber sido de esta manera existiría una universalidad absoluta en la cultura humana. Y este no es el caso. Existen tantas formas para hacer las cosas, de proveer el alimento, de los medios para hacerlo y del albergue, y de vestirnos de adornarnos, de movernos; como culturas humanas han existido y existen. Por otra parte, cultura no puede ser cultura si solamente se limitara a la existencia de artefactos y objetos materiales. Tales objetos no existirían como tales si su existencia fuese el resultado exclusivo de una o varias respuestas conductuales. Como los seres humanos nos relacionamos unos con los otros e interactuamos tanto con el medio y el nicho ecológico en el que nos encontramos, así como también, los unos con los otros, tales formas de intercambio asumen y se constituyen en el componente de la cultura que es la forma en que se produce y se acumula el conocimiento.
Algunos otros componentes de cultura
El componente de los conocimientos en la cultura son; las ideas, los mitos, los valores, las normas, las creencias, los ritos, lo aprendido, la ciencia, la religión. Cada una de estas instancias culturales del conocimiento son las que se transmiten de una generación a la otra, las que dramatizan el cómo y manera en que hacemos las cosas y en que aprendimos a hacer las cosas. También nos ofrece la oportunidad de dudar, de cuestionar y de tratar de hacer las cosas de otra manera. La cultura como conocimiento estructura las maneras que tenemos para creer, para ritualizar la manera como hacemos las cosas, y también, cómo cambiamos esas mismas cosas y la formas de hacer y para hacer las cosas. La interacción del conocimiento requiere un medio para comunicarlas. Tal medio de comunicación no es por ejemplo, un acto complejo de sonidos emitidos que excitan unas conductas. Todo lo contrario, el medio humano para la comunicación es uno dinámico. A ese medio humano de la comunicación es lo que se denomina como lenguaje.
El lenguaje es un sistema humano de unidades de sonidos (i.e.; fonemas) que se constituyen como unidades más complejas en la forma de palabras, y que a su vez, éstas se combinan por medio de una serie de reglas denominada gramática, para formar un modo de comunicación que puede ser a su vez, hablado, escrito y representado dentro de un contexto culturalmente producido. Este contexto cultural es a la vez también dinámico, y mientras que se reproduce. La definición que acabo de ofrecer es bastante simple y no constituye una que agrupa a todas las cualidades y propiedades que conforman el estudio lingüístico y antropológico del lenguaje. Más sin embargo, ésta me sirve para establecer una necesaria distinción con respecto a lo que es idioma. Idioma puede ser entendido como un coeficiente (i.e.; variable) cultural específico del lenguaje el cual históricamente existe como un modo de comunicación entre miembros de un grupo cultural. Por lo general el término idioma aplica a la variante cultural que está relacionada al uso, a la existencia de signos y de los símbolos y sus significados. A su vez, el término idioma está asociado con los fenómenos de la identidad --o su construcción--, así como a las prácticas comunicativas cotidianas que un sistema lingüístico que está históricamente constituido, puede tener. Con todo lo anterior quiero decirles que los procesos de comunicación que a diario llevamos a cabo no ocurren en un vacío, como el lenguaje es el resultado de un rasgo innato de carácter psicofisiológico y cognoscitivo universal a todos nosotros. Si bien es cierto que nuestra especie posee un rasgo único para el lenguaje, también es cierto que tal rasgo se desarrolla como resultado de las variadas formas que tiene la cultura, como a la misma vez, sirve como medio para producir otras formas culturales.
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